Es muy curioso como nos atraen los chicos grises, siempre serios y rodeados de misterio.
No sabemos si es por que buscamos lo intrigante de la situación, la emoción de lo que no se ve a simple vista, de lo desconocido.
Es increíble como los ojos de estos chicos nos absorben, cayendo en un vacío de color,
intentando averiguar qué hay en esas profundidades,
qué hay en esos pensamientos de cemento,
si seremos capaces de atravesarlos.
O si simplemente nos quedaremos en el intento.
Tal vez, puede que por esta misma razón a estos chicos les gusten más las chicas felices,
siempre sonriendo,
con los ojos brillantes y rubor en las mejillas,
con el pelo despeinado de reír a carcajadas.
Buscan inconscientemente alguien que les saque de su zona de seguridad,
de sus tonos grisáceos y comenzar con una pequeña gama de color,
cada vez más cerca del blanco, del azul o incluso del rojo.
Contrarios completándose.Complementándose.
domingo, 29 de noviembre de 2015
domingo, 4 de octubre de 2015
Alicia.
Seguimos al conejo hasta su madriguera,
caímos,
entonces el tiempo se paró y se ofendió del todo.
Bailamos deliranzas al son de la canción del sombrerero.
Viajamos en sombrero,
a encontrar nuestra muchedad,
a lo mejor en una de esas fue cuando perdimos del todo la cabeza,
o acabamos como Alicia en su pais y arriesgarnos a que nos la corten
por soñar tan ALTO.
Cojamos entonces varias monedas de los bolsillos de hombres muertos
y una botella llena de buenos pensamientos.
Confiemos en que Chesire nos guíe con su sonrisa
con forma de luna y poder columpiarnos en ella.
Empuñar a Mortalina
y acabar con el miedo que nos impide vivir un
gloricioso sin sentido.
lunes, 14 de septiembre de 2015
Café.
Dejé el café, ¿sabes?
Me recordaba demasiado a ti.
Beber café era como caer lentamente en tus ojos.
Era algo fuerte, caliente, amargo y oscuro.
Casi como tú.
Por más que le echara leche o azúcar para suavizarlo,
la esencia sigue siempre ahí.
Al igual que tus bordes: imposibles de limar,
suavizar o controlar.
Siempre oscuro,
siempre fuerte.
Siempre café,
como tú.
jueves, 9 de julio de 2015
Contrarios.
Blanco y negro,
luz y oscuridad,
sol y luna,
agua y aceite,
día y noche,
verano e invierno,
fuego y hielo,
calor y frío,
sueño y pesadilla,
fantasía y realidad.
Él y ella.
No siempre él es el blanco, la luz, el sol, el agua, el día,
el verano, el fuego, el calor, el sueño o la fantasía.
Tampoco es ella siempre el negro, la oscuridad, la luna, el aceite,
la noche, el invierno, el hielo, el frío, la pesadilla o la realidad.
A veces son solo un día vestidos de negro en
una noche fría de verano con el sol brillando alto,
en su propia fantasía, esperando a que amanezca
y salga la luna a su encuentro acompañada
del invierno más caluroso, bañando todo de
blanco dejando las pesadillas fuera de foco,
solo creando su realidad.
A veces ella es él y él es ella,
a veces solo son sin importar quién es quién.
No siempre él es el blanco, la luz, el sol, el agua, el día,
el verano, el fuego, el calor, el sueño o la fantasía.
Tampoco es ella siempre el negro, la oscuridad, la luna, el aceite,
la noche, el invierno, el hielo, el frío, la pesadilla o la realidad.
A veces son solo un día vestidos de negro en
una noche fría de verano con el sol brillando alto,
en su propia fantasía, esperando a que amanezca
y salga la luna a su encuentro acompañada
del invierno más caluroso, bañando todo de
blanco dejando las pesadillas fuera de foco,
solo creando su realidad.
A veces ella es él y él es ella,
a veces solo son sin importar quién es quién.
miércoles, 10 de junio de 2015
Chica Cactus.
A veces pienso que soy como un cactus,
a primera vista seca y arisca, pasando fácilmente desapercibida.
Pero bajo esas espinas hay vida,
una vibrante y con
ganas de salir.
De que se la tenga en cuenta, de que la vean
y le hagan caso.
Y a veces, los cactus florecen, sus flores
son de colores vivos: rojos, azules, rosas...
No son secos ni tan ariscos,
sólo tienes que ver la belleza que hay en sus espinas,
la belleza que hay detrás de ellas,
viernes, 29 de mayo de 2015
Instantes.
Sólo los soñadores se implican en el futuro.
Tanto tú como yo un día lo fuimos,
hasta que nos cansamos de que los sueños se nos convirtieran en pesadillas,
hasta que el futuro se nos hizo inalcanzable.
Por lo que decidimos quedarnos con los instantes,
con el aquí y el ahora.
Con el aquí te pillo aquí te mato.
Con ese pequeño contrato firmado con carmín en el espejo del baño
que decía que mantendríamos siempre limpia la ducha y
sucio el sexo.
domingo, 17 de mayo de 2015
Rojo
Decía que las victorias nunca pasaban por su lado,
pero ella se llamaba Victoria.
Estuvo tan cerca de ganar esa batalla
que casi la saboreaba.
A cereza, decía que sabía,
porque esos labios tan
rojos
eran como fruta prohibida.
martes, 12 de mayo de 2015
Miedo.
Eras y eres miedo.
Mi miedo, y ¿sabes? Una canción me
dijo al oído que el miedo huele bien.
Ven, ven y déjame
que entierre la cara en tu cuello, en ese
hueco entre el cuello y el hombro a ver
cómo hueles, miedo.
Y sí,
el miedo huele jodidamente bien.
miércoles, 6 de mayo de 2015
Quema.
Eres como ese primer sorbo
de café por la mañana.
Quema.
Ya sabes que va a quemar, pero
que te hace sentir vivo.
Quemas.
Y ya sé que vas a quemar, pero
quiero sentirme viva, así que dime,
¿quieres ser mi café de la mañana
esta noche?
domingo, 19 de abril de 2015
Chico Aeropuerto
Él era como un aeropuerto,
y ella como un avión más en su vida,
que no tardó en despegar para poner rumbo a un nuevo destino.
Buscaba a otro chico aeropuerto
donde esperaba poder quedarse a repostar indefinidamente.
Él era un chico aeropuerto con
demasiados aviones y avionetas en su pista de aterrizaje, pero
que sabía hacerla volar como nadie.
Refugio
Nunca me he parado a pensar en los abrazos, y realmente
son algo bonito de ver.
son algo bonito de ver.
Y de sentir.
Tienen mil y un significados, cada persona tiene su propio
significado de cada abrazo que recibe de cada persona.
significado de cada abrazo que recibe de cada persona.
A veces solo buscas los brazos de alguien en concreto,
a veces los de un simple extraño,
a veces solo buscas el gesto.
Los abrazos pueden provocar alegría, tristeza, nostalgia,
ganas, infinitas emociones.
ganas, infinitas emociones.
Pero también te pueden crear adicción, puedes querer hacer
de un simple abrazo tu refugio.
de un simple abrazo tu refugio.
Su abrazo,
tu refugio.
Vuestro.
lunes, 13 de abril de 2015
Más cosas que enganchan.
Soltarse el pelo después de un día largo,
llegar a casa y tirarse en el sofá,
saltar en la cama como si tuvieras cinco años otra vez,
los globos,
jugar con globos de agua,
soñar despierta.
Quedarse dormida al sol,
mover inconscientemente el pie mientras suena música,
caminar descalza por casa,
dormir en bragas,
sonreír a la nada porque sí,
porque simplemente te apetece.
Hacer el idiota por el simple placer de hacerlo,
porque se te da bien,
poner caras tontas delante del espejo,
los orgasmos,
las galletas de dinosaurio, nunca se es demasiado mayor para ellas.
Esos chicles que te dejan la lengua azul,
dejarse hipnotizar por el fuego con sus llamas,
escuchar un piano al aire libre,
tocar una guitarra sin tener ni idea de cómo hacerlo.
Cruzar en rojo,
subir los pies en el salpicadero,
cantar con las ventanillas bajadas,
mirar fijamente a la gente, observarla de cerca.
No peinarse,
pintar con las manos,
usar camisetas ajenas tamaño XL para dormir o
simplemente para andar por casa,
saltar en los charcos,
las tormentas,
salir a la calle cuando diluvia en verano,
mojarse, empaparse, ponerse chorreando bajo la lluvia.
Las duchas de agua caliente,
los baños de espuma y velas,
dejarse flotar en el mar y ser ola,
escucharlas rugir con los ojos cerrados,
mirar al horizonte sin pensar en nada.
Soplar los diente de león y verlos volar,
el futbolín,
los dardos,
el billar,
el poker,
dormir,
las vacaciones.
Simplemente dejarse s e r.
llegar a casa y tirarse en el sofá,
saltar en la cama como si tuvieras cinco años otra vez,
los globos,
jugar con globos de agua,
soñar despierta.
Quedarse dormida al sol,
mover inconscientemente el pie mientras suena música,
caminar descalza por casa,
dormir en bragas,
sonreír a la nada porque sí,
porque simplemente te apetece.
Hacer el idiota por el simple placer de hacerlo,
porque se te da bien,
poner caras tontas delante del espejo,
los orgasmos,
las galletas de dinosaurio, nunca se es demasiado mayor para ellas.
Esos chicles que te dejan la lengua azul,
dejarse hipnotizar por el fuego con sus llamas,
escuchar un piano al aire libre,
tocar una guitarra sin tener ni idea de cómo hacerlo.
Cruzar en rojo,
subir los pies en el salpicadero,
cantar con las ventanillas bajadas,
mirar fijamente a la gente, observarla de cerca.
No peinarse,
pintar con las manos,
usar camisetas ajenas tamaño XL para dormir o
simplemente para andar por casa,
saltar en los charcos,
las tormentas,
salir a la calle cuando diluvia en verano,
mojarse, empaparse, ponerse chorreando bajo la lluvia.
Las duchas de agua caliente,
los baños de espuma y velas,
dejarse flotar en el mar y ser ola,
escucharlas rugir con los ojos cerrados,
mirar al horizonte sin pensar en nada.
Soplar los diente de león y verlos volar,
el futbolín,
los dardos,
el billar,
el poker,
dormir,
las vacaciones.
Simplemente dejarse s e r.
domingo, 12 de abril de 2015
La chica con mil miedos.
La chica que tenía miedo de jugar y
se acabó quemando.
La chica que tenía miedo de saltar y
acabó volando.
La chica que tenía miedo de nadar y
acabó creando su propio océano.
La chica que tenía miedo de dar más
de lo que pudiera y acabó prometiendo la luna.
La chica que tenía miedo a lo desconocido y
acabó acampando en un agujero negro.
La chica que tenía miedo a sentir y se
acabó convirtiendo en una adicta.
La chica que tenía miedo de amar y
se acabó enamorando.
se acabó quemando.
La chica que tenía miedo de saltar y
acabó volando.
La chica que tenía miedo de nadar y
acabó creando su propio océano.
La chica que tenía miedo de dar más
de lo que pudiera y acabó prometiendo la luna.
La chica que tenía miedo a lo desconocido y
acabó acampando en un agujero negro.
La chica que tenía miedo a sentir y se
acabó convirtiendo en una adicta.
La chica que tenía miedo de amar y
se acabó enamorando.
martes, 7 de abril de 2015
Cosas que enganchan.
Los libros,
la música,
la brisa en la cara,
la arena caliente, casi quemando, bajo tus pies,
el sol calentando tu piel.
Tumbarse en la hierba y mirar al cielo,
las nubes y buscar infinitas formas en ellas,
escribir,
la poesía,
ver tu película favorita una y otra vez,
cantar tu canción preferida a voz en grito.
El chocolate,
las fresas,
el chocolate con fresas, que no las fresas con chocolate,
ver la lluvia caer,
hacer pompas de jabón y verlas volar, o explotarlas,
bailar,
dejar mensajes en los espejos llenos de vaho,
las cosquillas.
Escuchar el sonido de las hojas cuando se mecen con el viento,
escuchar a los árboles hablar entre ellos,
su propio idioma,
el té,
vivir,
vivirte.
la música,
la brisa en la cara,
la arena caliente, casi quemando, bajo tus pies,
el sol calentando tu piel.
Tumbarse en la hierba y mirar al cielo,
las nubes y buscar infinitas formas en ellas,
escribir,
la poesía,
ver tu película favorita una y otra vez,
cantar tu canción preferida a voz en grito.
El chocolate,
las fresas,
el chocolate con fresas, que no las fresas con chocolate,
ver la lluvia caer,
hacer pompas de jabón y verlas volar, o explotarlas,
bailar,
dejar mensajes en los espejos llenos de vaho,
las cosquillas.
Escuchar el sonido de las hojas cuando se mecen con el viento,
escuchar a los árboles hablar entre ellos,
su propio idioma,
el té,
vivir,
vivirte.
sábado, 4 de abril de 2015
El cielo era nuestro.
Las nubes eran nuestro pasatiempo
favorito. Jugábamos al escondite con
el sol. El cielo, siempre el mismo y a la
vez siempre distinto, en constante cambio.
Las nubes moviéndose lentamente en
distintas direcciones. Es tan tú y yo
que parece que el propio cosmos se
burle de n o s o t r o s.
miércoles, 25 de marzo de 2015
Chica Astronauta
Una vez conocí a una chica
astronauta, a ella le encantaba
todo lo relacionado con el
u n i v e r s o.
Sobre todo con los pequeños
universos que somos las personas,
su afición era pasear por las
constelaciones de lunares en
espaldas ajenas.
astronauta, a ella le encantaba
todo lo relacionado con el
u n i v e r s o.
Sobre todo con los pequeños
universos que somos las personas,
su afición era pasear por las
constelaciones de lunares en
espaldas ajenas.
lunes, 23 de marzo de 2015
Otoño.
Caí, caí como caen las hojas en otoño,
Recuperar esas hojas perdidas,
una tras otra. Yo fui una de esas hojas,
más bien fui el árbol que se quedó sin ellas.
Seco y feo.
Al igual que el árbol perdía sus hojas por el
tiempo, yo iba perdiendo cada vez un pedacito
más de mí hasta que no quedó
nada.
Pero entonces pasó el tiempo, tras el duro y
frío invierno llegó la primavera:
toca florecer de nuevo.
Recuperar esas hojas perdidas,
no todas juntas, sino poco
a
poco hasta estar completa.
Llena de vida otra vez.
miércoles, 21 de enero de 2015
Extraños.
Éramos dos extraños que sabían de la presencia del otro,
pero no se conocían,
solo de vista.
Ninguno sabíamos absolutamente nada del otro,
solo que respirábamos el mismo oxígeno para vivir.
Un día decidí hacerte más caso, llamar tu atención,
así que comencé a verte sin que tú te dieras cuenta,
en esos momentos de vistazos fugaces me di cuenta de que tienes
una sonrisa JODIDAMENTE BONITA cuando piensas que nadie mira,
ese nadie
soy yo.
Entonces me hablaste, bueno, si a eso se le puede llamar hablar;
lo que quiero decir es que esa mirada que me echaste de reojo dijo
más de lo que te crees,
más de lo que alguna vez llegarás a saber.
Fue de esas miradas que te hacen respirar más fuerte,
te hacen latir más rápido,
te hacen vibrar de una manera tan intensa que casi asusta. Casi.
Esa mirada que decía: Vibremos juntos.
Y la mía respondió con un gran: ¿Por qué no?
Pero solo somos dos extraños,
y lo único que sabemos el uno del otro es el color de las miradas,
marrón contra verde, Un bosque hecho de miradas.
No sé si te diste cuenta de mi respuesta o no,
por si acaso te miraré,
te miraré hasta que no puedas apartar tus ojos de los míos,
te miraré hasta que cuando los cierres veas el verde apagado de mi mirada;
y entonces, me digas: ¿Por qué no?
En ese momento dejaremos de desconocernos.
En ese momento seremos otro tipo de extraños.
En ese momento las miradas brillaron más que
nunca por la promesa de ese ¿por qué no?
pero no se conocían,
solo de vista.
Ninguno sabíamos absolutamente nada del otro,
solo que respirábamos el mismo oxígeno para vivir.
Un día decidí hacerte más caso, llamar tu atención,
así que comencé a verte sin que tú te dieras cuenta,
en esos momentos de vistazos fugaces me di cuenta de que tienes
una sonrisa JODIDAMENTE BONITA cuando piensas que nadie mira,
ese nadie
soy yo.
Entonces me hablaste, bueno, si a eso se le puede llamar hablar;
lo que quiero decir es que esa mirada que me echaste de reojo dijo
más de lo que te crees,
más de lo que alguna vez llegarás a saber.
Fue de esas miradas que te hacen respirar más fuerte,
te hacen latir más rápido,
te hacen vibrar de una manera tan intensa que casi asusta. Casi.
Esa mirada que decía: Vibremos juntos.
Y la mía respondió con un gran: ¿Por qué no?
Pero solo somos dos extraños,
y lo único que sabemos el uno del otro es el color de las miradas,
marrón contra verde, Un bosque hecho de miradas.
No sé si te diste cuenta de mi respuesta o no,
por si acaso te miraré,
te miraré hasta que no puedas apartar tus ojos de los míos,
te miraré hasta que cuando los cierres veas el verde apagado de mi mirada;
y entonces, me digas: ¿Por qué no?
En ese momento dejaremos de desconocernos.
En ese momento seremos otro tipo de extraños.
En ese momento las miradas brillaron más que
nunca por la promesa de ese ¿por qué no?
lunes, 19 de enero de 2015
En cada latido.
No entiendo por qué tenemos que estar jugando al "adivina adivinanza" con las indirectas,
somos peor que los niños.
Lo fácil que sería decir las cosas a la cara y dejar el juego atrás. Dime,
¿qué hay que perder?
¿De qué tienes miedo? ¿De que diga que no?
Ese es un miedo estúpido y cobarde, mostrando así lo poco que nos conoces.
Porque las ganas están presentes en cada latido, solo tienes que agarrarlas
f u e r t e y no soltarlas.
No vaya a ser que de tanto contenerlas se nos escapen, y nuestro momento acabe antes de haber comenzado.
Y es que como una vez me dijo una amiga :
SI NUNCA LO INTENTAS, ENTONCES NUNCA LO SABRÁS.
somos peor que los niños.
Lo fácil que sería decir las cosas a la cara y dejar el juego atrás. Dime,
¿qué hay que perder?
¿De qué tienes miedo? ¿De que diga que no?
Ese es un miedo estúpido y cobarde, mostrando así lo poco que nos conoces.
Porque las ganas están presentes en cada latido, solo tienes que agarrarlas
f u e r t e y no soltarlas.
No vaya a ser que de tanto contenerlas se nos escapen, y nuestro momento acabe antes de haber comenzado.
Y es que como una vez me dijo una amiga :
SI NUNCA LO INTENTAS, ENTONCES NUNCA LO SABRÁS.
M
Estoy deseando volver a ti, a tu vida, a tu caos,
a tus luces, a tus calles, a tu gente.
A tus parques, a tus tiendas, a tu música,
a tu ritmo. a tu desenfreno.
A tus atardeceres ardientes, y a tus amaneceres congelados;
a tu viento, ese que te hace sentir vivo y te cala hasta los huesos
cuando te roza como un susurro, rápido y sin avisar.
Tu fría respiración.
Así que espérame llena de vida para nuestro reencuentro, querida M,
queda poco y nada para volver a ti.
a tus luces, a tus calles, a tu gente.
A tus parques, a tus tiendas, a tu música,
a tu ritmo. a tu desenfreno.
A tus atardeceres ardientes, y a tus amaneceres congelados;
a tu viento, ese que te hace sentir vivo y te cala hasta los huesos
cuando te roza como un susurro, rápido y sin avisar.
Tu fría respiración.
Así que espérame llena de vida para nuestro reencuentro, querida M,
queda poco y nada para volver a ti.
domingo, 18 de enero de 2015
Días blancos.
No todos los días grises son tristes, tampoco existen solamente días grises. También existen días blancos, sí, blancos. Esos en los que el cielo parece un folio en blanco esperando a que lo ensucies.
Son los días de frío y nieve.
Los días de quedarse en la cama hasta las tantas, viendo como caen los copos de nieve mientras escuchas el silencio.
Los días de hacer nada y hacerlo todo.
Los días que no parecen días, más bien una ilusión o un capítulo cualquiera de tu libro favorito.
Los días de ponerse música hasta que vibre el alma y escribir hasta que duelan las ideas.
Los días de hacer el tonto con buena compañía y disfrutar de ella.
Esos días son como una película que no queremos que llegue al final.
Estos días también te hacen desear cosas por las cuales darías hasta el último rayo caliente de sol con tal de que pasen.
Deseas que haya ciertas personas a tu lado, para simplemente no hacer nada y hacerlo todo.
Para hacer el idiota,
para luchar con cojines,
para ver una película envueltos en una manta,
para besos fugaces en el cuello, en esa zona tan peligrosa.
Entonces empiezan las cosquillas, y todo se nos va de las manos,
como los copos de nieve que escapan de entre las nubes.
También existen estos días blancos, sí, blancos.
Son los días de frío y nieve.
Los días de quedarse en la cama hasta las tantas, viendo como caen los copos de nieve mientras escuchas el silencio.
Los días de hacer nada y hacerlo todo.
Los días que no parecen días, más bien una ilusión o un capítulo cualquiera de tu libro favorito.
Los días de ponerse música hasta que vibre el alma y escribir hasta que duelan las ideas.
Los días de hacer el tonto con buena compañía y disfrutar de ella.
Esos días son como una película que no queremos que llegue al final.
Estos días también te hacen desear cosas por las cuales darías hasta el último rayo caliente de sol con tal de que pasen.
Deseas que haya ciertas personas a tu lado, para simplemente no hacer nada y hacerlo todo.
Para hacer el idiota,
para luchar con cojines,
para ver una película envueltos en una manta,
para besos fugaces en el cuello, en esa zona tan peligrosa.
Entonces empiezan las cosquillas, y todo se nos va de las manos,
como los copos de nieve que escapan de entre las nubes.
También existen estos días blancos, sí, blancos.
miércoles, 7 de enero de 2015
Hasta los cojones.
Es curiosa la cantidad de veces que podemos llegar a decir te quiero sin ningún tipo de problema cuando no va en serio, cuando es una broma entre amigos o cuando solo se dice por decir. Lo que es jodido, porque cuando queremos decirlo en serio es como si una fuerza tirará de nosotros hacia atrás y no te deja decirlo, se queda en solo un intento. Y cuando digo queremos, en realidad pretendo decir quiero.
A veces he llegado a pensar que no sé decir esas dos palabras, porque me pongo a pensar y a hacer memoria, en un intento de recordar si alguna vez las dije, pero es un intento fallido. No las digo ni cuando bromeo, ni por quedar bien, simplemente es como si no estuvieran en mi vocabulario. Eso no quiere decir que a veces sienta el impulso de decirlas, porque donde sí están es en mis pensamientos y en mis sentimientos. No sé si no las digo por miedo, o porque estoy hasta los cojones de sentir, tanto para bien como para mal.
A veces he llegado a pensar que no sé decir esas dos palabras, porque me pongo a pensar y a hacer memoria, en un intento de recordar si alguna vez las dije, pero es un intento fallido. No las digo ni cuando bromeo, ni por quedar bien, simplemente es como si no estuvieran en mi vocabulario. Eso no quiere decir que a veces sienta el impulso de decirlas, porque donde sí están es en mis pensamientos y en mis sentimientos. No sé si no las digo por miedo, o porque estoy hasta los cojones de sentir, tanto para bien como para mal.
viernes, 2 de enero de 2015
No podemos ser de hielo.
¿Sabes que pasa? Que es molesto, hilarante, el mayor idiota del mundo. Hace que me den ganas de gritar y de tirarlo a las vías del tren. Es capaz de arruinar mi día y salvarlo en el último minuto. Me vuelve jodidamente loca, él está fuera de su mente. Pero...
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