jueves, 27 de noviembre de 2014

Dueles.

Dueles,
dueles de la mejor manera posible.
Dueles,
dueles en mi sonrisa cuando me miras de esa manera tan tuya.
Dueles,
dueles en mi mirada cuando te veo acercarte.
Dueles, 
dueles en mis labios cuando me besas de esa manera tan tuya.
Dueles,
dueles a la mañana siguiente entre mis piernas.
Dueles,
dueles de la manera más placentera.

Dueles,
dueles de la peor manera también.
Dueles,
dueles cuando mi mirada no te encuentra en días.
Dueles,
dueles en mis labios secos sin los tuyos.
Dueles,
dueles en mi pecho cuando no estás.
Dueles,
dueles en mi cuerpo cuando te echa en falta.

Dueles,
dueles de la mejor y la peor manera, pero dueles. El dolor más soportable que jamás tuve, así que sigue doliéndome, porque así sé que sigo viva, 
así sé que sigues vivo,
así sé que seguimos latiendo.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Uno de esos días.

Hay días en los que uno está dispuesto a todo. Hoy es uno de esos días.
Hoy estaré dispuesta para lo que sea, para lo que quieras, para lo que queramos.
Hoy es uno de esos días en los que no vale pensar, ni arrepentirse, ni amilanarse.
Hoy es uno de esos días en los que las locuras e idioteces están a la orden del día.
Hoy es uno de esos días en los que gano, en los que yo estaré arriba y tú abajo.
Hoy es uno de esos días inolvidables.
          Hoy es uno de esos días.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Me gustaría.

 Me gustaría poder conocer cada uno de sus vértices,
cada secreto e historia que cuenta cada una de sus cicatrices,
el punto y la medida exacta de cada uno de sus lunares.
 Dónde besarlo para que cada vez se vuelva más loco,
para que cada vez pierda más la razón y se guíe por los instintos más básico.  



Me gustarían tantas cosas, que ni siquiera sé si existe tiempo material para ello. 
Empecemos a probar.


sábado, 15 de noviembre de 2014

Miradas lluviosas.

Hoy estoy gris, como el cielo, encapotado de nubarrones oscuros esperando el momento oportuno para derramar sus millones de gotas. Mis ojos no son nubarrones, ni mi mirada gris, pero sí que hay algunas gotas que quieren caer.


Hoy mi mirada llueve, como el cielo, encapotado de nubarrones oscuros, que ya encontraron el momento de dejar que las gotas queden libres. 

viernes, 14 de noviembre de 2014

Duele. Duele y no tienes ni idea de por qué.
Sientes un pequeño vacío que comienza a expandirse poco a poco por tu pecho;
notas como presiona, como molesta, como está a punto de explotar,
pero no explota, solo se mantiene, creciendo y creciendo.
Tampoco sabes como pararlo, ponerle fin, es simple:
                no se puede.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sin título.

  Hay un momento desencadenante en tu vida que te hace darte cuenta de las cosas que de otro modo no habrías tenido conocimiento a pesar de que algo intuías, pero no querías ver. Cuando llega ese momento es como si una bomba hubiera explotado en todas tus narices y no tienes más remedio que ver el desastre que tienes en frente. Ese desastre que en cierto modo sabías que iba llegar, pero no querías aceptar. Entonces te paralizas, no sabes cómo cojones reaccionar, te quedas con esa mirada de "ciervo ante los faros de un coche" hasta que tu cabeza hace click y encajas el golpe. Tienes dos opciones: huir o afrontarlo. Lo fácil es siempre huir, aunque no lo más conveniente para nuestra persona a la larga, porque si hay algo que ocurre siempre es que el pasado vuelve; ya tarde más o menos. No suele llegar de la misma forma a todas las personas, puede ser en forma de un alguien o un algo. Cualquiera de los dos nos gusta por igual, poco o nada. Y ahí es cuando nos llega el turno de afrontarlo y seguir, quitándonos un peso de encima que ni siquiera eras consciente que llevabas sobre los hombros.