sábado, 14 de julio de 2012

Mentiras rutinarias.



    Si quieres puedo mentirte y decir que ni te echo de menos y que ni he pensado en ti, total, eso solo serían otras dos mentiras rutinarias más. Otras dos, como la mentira más rutinaria y de la que apenas nos damos cuenta porque nos hemos acostumbrado a decirla todos, absolutamente todos los días sin excepción, esa con la que nos autoengañamos esperando algo mejor y que realmente sea cierta, esa que dice 'Buenos días', ¿buenos días? ¿En serio? Dime, ¿cuantos de los 365 días del año son buenos, buenos de verdad? A excepción de unos pocos el resto de los días serán normales, malos o incluso raros. Claro que, eso 'raros días' podrían ser buenos, pero no lo suficiente, simplemente estos serían diferentes, no buenos. Y es que día tras días, mañana tras mañana, cuando nos despertamos y alguien nos dice buenos días, yo pienso que ojalá ese sea un buen día de verdad, de los que no se olvidan tan fácil, de los que te gustaría repetir; y no otro día más, otro día que es igual que ayer, pero con distinto nombre.




viernes, 15 de junio de 2012

Las contradicciones laten.

Estoy cansada de aparentar ser fuerte ante los demás, ante todo el mundo, cuando a veces lo único que quiero es desaparecer, ir lejos, abandonar ese lugar en el que estoy atrapadad, por así decirlo y apartarme de todos esos ojos que están puestos en mí y de los que sencillamente deciden ignorarme, para así estar en otro lejano, lejos de cualquier mirada que pueda verme mal, que pueda ver como me acabo rindiendo a las lágrimas, a la impotencia, a todo aquello que llevo dentro y no sé cómo dejarlo arder, alejarme para que nadie pueda ver que mi mirada llueve.
También estoy cansada de ser feliz, bueno, mejor dicho de aparentar estar feliz constantemente, de aparentar que nada, absolutamente nada me afecta solo para que otros no se preocupen por mí, solo para evitar no llamar la atención en ese aspecto y pertuerbar en ese caso sus pequeños momentos de felicidad efímera mientras yo espero en silencio, ausente y alejada a que alguien mire bien, se fije y consiga ver bajo la coraza que llevo dándose cuenta de que en realidad estoy muriendo por dentro y tenga el valor suficiente de venir y preguntarme 'Eh, ¿te pasa algo? ¿Estás bien?' y que cuando yo mienta y diga lo perfectamente bien que estoy, mientras intento que no se me quiebre la voz, no me crea, porque aunque no quiera que nadie me salve de nada, es exactamente lo que estoy esperando, es la mayor contradicción con la que me enfrento, porque en cierto modo, las contradicciones laten en mí.

sábado, 2 de junio de 2012

Vivimos muriendo constantemente.

  Lo que te da la vida, lo que te hace respirar, lo que te hace tener, en cierto modo ilusión; lo que te da fuerzas cada mañana para levantar de la cama y seguir con tu agotadora rutina  es, curiosamente, lo mismo que nos mata, lo mismo que es capaz de dejarnos sin aire, lo mismo que hace que no queramos despertar, lo mismo que hace que queramos ser los prisioneros de las sábanas y que éstas nos agarren y no nos dejen levantar, lo mismo que es capaz de quitarnos las ganas de todo, las ganas de seguir adelante. Y es que lo mismo que nos da fuerzas es capaz de quitárnoslas en un solo segundo. Y cuando lo que te da la vida se vuelve en lo que te mata lentamente no encuentras la forma de seguir, más bien no eres capaz de encontrar esas ganas que te hacen seguir.
  Entonces, estás vacío, hueco. Dentro de ti se ha quedado un hueco, un espacio libre donde estaban esas ganas, esa ilusión, esa felicidad de momentos efímeros esperando que con el tiempo y con ayuda pueda volver a llenarse poco a poco. Aunque nunca estará igual de lleno, igual de completo que al principio, siempre quedará un pequeño vacío de amargura dejando constancia de ese roto que con el tiempo sanó.
  Eso que nos da la vida, eso que a la vez nos la quita es nuestro gran y frágil corazón que late a veces casi por inercia.

lunes, 28 de mayo de 2012

Llamémoslo impotencia.

Nos creemos fuertes, que podemos con todo, que aunque se compliquen las cosas somos capaces de sacarlas adelante. Si, todo vuelve a ir bien, todo va bien hasta que algo cambia. Un cambio. Por muy pequeño que sea ese cambio es capaz de acabar con todo eso que habías arreglado, que habías vuelto a construir; lo acaba derrumbando y todo está hecho añicos, todo se ha quedado roto. Te has quedado, en cierto modo, roto y de alguna forma automática consigues levantar una especie de barrera mostrándole al mundo que tú sigues bien, que sigues con una sonrisa adelante, que simplemente no ha pasado nada, pero dentro, dentro de esa barrera no eres capaz ni de imitar la sombra de esa sonrisa. No sale, es imposible. Estás roto, resquebrajado. ¿Por qué? Por no olvidar, por permitir que recuerdos y persones que querías sacar de tu mente, de tu cabeza sigan ahí, pero ¿es posible olvidar totalmente a alguien? ¿Es posible borrar momentos que creías imborrables? Al principio, crees que sí, que eso en cierto modo, dentro de un tiempo lo tendrás más que olvidado. Y puede que sea así, entonces sin que ni siquiera lo veas venir, de una forma totalmente inesperada sucede algo que activa tus recuerdos, esos que supuestamente creías olvidados y vuelven de golpe de forma aleatoría, dejándote sin fuerzas, sin ganas de nada y lo único que quieres es hacer que se vayan, que ese eco de risas en momentos agradables se esfumen; que la melodía de una canción que fue tu favorita desaparezca. Que toda se vaya, que solo quede vacío, y entonces solo consigues sentirte vacío. No sabes qué hacer, no sabes qué o en quién pensar, todo está confuso.
Y a pesar de eso siempre y sin excepción acabamos en el principio de todo, creyéndonos fuertes, pero aún así somos conscientes de que nos mata por dentro la impotencia de no poder borrar esos recuerdos, la impotencia de no poder olvidar nunca del todo.

lunes, 21 de mayo de 2012

Cansada de todo y de nada.

Hay situaciones que cansan, en las que dan ganas de dejarlo pasar, dejar las cosas como están. Estoy cansada de ser fuerte. Cansada de ser fuerte por los dos, por todos. Cansada de mostrarme siempre bien, siempre de risas aunque por dentro esté rota, resquebrajada. Cansada de la coraza que me inventé, la que sufre daños, la que se fracturó más de una vez. Cansada de mantener arriba siempre el muro que levanté a mi alrededor. Cansada de evitar que éste se derrumbe. Cansada de tener que reconstruirme a toda prisa, antes de que nadie lo note. Cansada de responder 'si, estoy bien, todo está bien', cuando lo único que quiero es desaparecer en ese justo momento de debilidad. Cansada de la suerte que me tocó, eché un pulso con ella y perdí. Cansada de muchas cosas. Cansada de todo. Cansada de nada. Cansada de volver a vivir las mismas situaciones, los mismos problemas una y otra vez. Cansada de reconstruir siempre esa coraza, de rehacer ese muro. ¿Por qué no dejarlo caer? ¿Por qué no dejar esas barreras atrás? Simplemente no lo sé.

jueves, 5 de abril de 2012

Recuerdos.

Recuerdo las mañanas amargas cuando ni siquiera había café de por medio.
Recuerdo el olor a tierra mojada de esas tardes grises.
Recuerdo lo que me hacía sentir esa canción de apenas tres minutos.
Recuerdo esa noches enredada en sábanas de una cama desconocida.
Recuerdo cuando mientras fumaba te dije fóllame.
Recuerdo esa mirada que me quitaba el vestido y al poco tiempo se esfumó.
Recuerdo esas conversaciones sin sentido envueltos en humo.
Recuerdo cuando dijimos un No more drama y para nuestra sorpresa lo cumplimos.
Recuerdo mañanas, tardes y noches tumbados en el sofá con la música sonando.
Recuerdo como tus brazos me aferraban, no querían soltarme.
Recuerdo como tus manos recorrían mis costados, piernas y espalda.
Recuerdo tus labios sobre mi cuello, esos besos que tanto me gustaban y para qué mentir, me ponían.
Recuerdo como jugamos y nos acabamos quemando.
Recuerdo esas noches en las que el tequila nos hizo olvidar y dejarnos llevar.
Recuerdo todas las veces que me pusiste sin opción entre tus labios y la pared.
Recuerdo cosas que debería olvidar. Te recuerdo a ti.

lunes, 2 de abril de 2012

Vive

Sangra, siente, vuela, lucha, sueña, jode, llora, explota, rompe, espera, desea, juega, busca, encuentra, quema, folla, bebe, baila, grita, habla, expresa, canta, manipula, fuma, abraza, besa, extraña, añora, viaja, despierta, duerme, sube, baja, salta, mira, ve, vuelve, abandona, recupera, perdona, sigue, para, ríe, pega, revienta, trabaja, ven, consume, enciende, apaga, puede, confía, aprende, olvida, juzga, falla, quiere, odia, salva. Vive.

No tiene sentido.

Ese vacío que sientes a veces por dentro. Que nada está como debería estar. Que las cosas no ocurren como deben ocurrir. Que todo lo que haces te sale de manera opuesta a la que esperabas. Esa opresión en el pecho con motivos ambiguos, sin saber cual de ellos es el causante. Querer enviar a la mierda esa sensación tan jodida que es la impotencia, pero no saber cómo. Intentar por medios impensables que desaparezca sin obtener resultado alguno y acabar sucumbiendo a ella. Entonces la soledad entra de golpe en el juego y remata la faena, rompiendo barreras. Con barreras me refiero a esas que te pones tú misma para aguantar el tirón, para no dejar que algo te afecte, para no ser tocada y seguidamente hundida. Esas barreras, todas, murieron y solo queda volver a reconstruírlas, pero eso lleva tiempo. Un tiempo que no espera a nadie ni a nada.

domingo, 18 de marzo de 2012

Un mañana constante

Siempre decimos eso de 'mañana será otro día' cando queremos pensar que mañana todo volverá a ser como antes, todo volverá a estar bien, que los problemas y preocupaciones desaparecerán, pero llega mañana y la mierda del día anterior sigue ahí. Sí, distinto día, distinto nombre, pero mismos sentimientos y emociones de días anteriores que no cesan y aún así lo seguimos diciendo, autoengañándonos a nosotros mismos por algo que sería mejor afrentar de golpe y no retrasarlo más.

martes, 13 de marzo de 2012

A base de demostraciones.

No quiero y ni siquiera espero que me digas esas dos clásicas y típicas palabras que todo el mundo quiere oír en todo momento. Tampoco quiero que me las digas así como así, como si de un simple hola se tratase. Quiero que me digas el por qué de esas palabras, el motivo de por qué las dices. Y sinceramente, el que las digas o no es algo que me importa bien poco, yo quiero que me las demuestres porque decir eso es muy, muy fácil, pero ¿demostrarlas? Eso ya es algo más difícil.

Hoy no perderé el tiempo.

Hoy quiero cometer locuras. Hoy quiero ser la nunca fui o la parte de mí que estuvo dormida hasta ahora. Hoy no me vas a conocer. Hoy yo mataré al tiempo, en vez de que él me mate a mí. Hoy seré un terremoto, un tsunami y un volcán en plena erupción en uno. Hoy no voy a parar hasta conseguir volar sin levantar los pies del suelo. Hoy me perderé en la noche. Hoy me dejaré llevar por lo desconocido. Hoy dejaré a Jack Daniels para irme con el Tequila, hoy me lo tomaré a palo seco. Hoy no vas a tener que buscar, me dejaré encontrar. Hoy le diré adiós a la rutina y le diré hola a tu cama. Hoy no voy a dejar de ti. Hoy tu boca, tu cuello y tu pecha serán míos. Hoy serás mío. Hoy la vergüenza desaparece donde comienzan mis piernas. Hoy te enredaré con ellas la cintura. hoy daremos vueltas de campana entre las sábanas. Hoy no te pediré que pares. Hoy yo estaré por encima. Hoy no nos hará falta discutir para tener el de después. Hoy será algo más que un juego de niños. Hoy voy a lo que voy. Hoy no perderé el tiempo.

jueves, 8 de marzo de 2012

Menos de 60 segundos.

Canciones. Casi todas las personas que conocemos o que nos son importantes las asociamos a una canción, incluso a algunas a varias. También asociamos momentos, ya puede ser que recordemos un sábado noche increíble, un verano entero escuchando la misma letra, un fin de semana haciendo locuras o una simple tarde de aburrimiento. El caso es que esa canción, esas canciones se quedan en el recuerdo y aunque estés un tiempo sin oírlas e incluso pensar que las tenías olvidadas, de pronto suena. Suena esa melodía de entrada, las primeras palabras, las primeras frases y antes de los primeros 60 segundos todos los recuerdos y momentos que arrastra esa canción invaden tu mente.

martes, 28 de febrero de 2012

Eso a lo que llamamos 'confianza'.

Letras que al unirlas aleatóreamente o con un orden determinado dan lugar a palabras. Palabras que por la misma regla anterior dan lugar a frases y oraciones. Estas frases y estas oraciones dan lugar a sentimientos, emociones y mentiras que casa uno decide contar a su manera. No por el simple hecho de decir algo en voz alta va a ser más real para ti o más creible para otros, lo único que conseguirás así es autoengañarte a ti mismo, decepcionar y esperanzar a otras personas las cuales no tienen por qué creerse lo que dices, pero lo hacen ¿por qué? Porque existe eso a lo que llamamos 'confianza' y eso es algo que se forja poco a poco y en el momento que le das esa confianza a otra persona estás perdido. Esa es la forma más fácil de hacerte débil, de que te hagan daño, pero no podemos evitarlo.

Volamos alto.

No soy lo que esperas. Solo sería uno de tus muchos errores cometidos, eso sí, yo sería el mejor error que has podido cometer. Aún así caeré en el olvido tan rápido como cambies las sábanas y mi olor se vaya de ellas, de tu almohada y de la camiseta que un día utilicé como pijama.
Un día tú y yo volamos alto sin necesidad de alas, rozamos el cielo y aún haberlo hecho siempre decidimos quedarnos en el infierno, pues nos parecía más divertido, pero ¿de qué sirvió? ¿Solo fui tu diversión pasajera?

sábado, 18 de febrero de 2012

Como el humo de cada calada.

Toda va bien, todo va genial, entonces es cuando nos emocionamos, nos ilusionamos y decimos esas dos frases, dos palabras cada una, ese 'para siempre' y ese 'te quiero'. Muchos lo dirán porque lo sienten, otros cuantos lo dirán solo por seguir con el juego y en este juego los que participan son dos, el que miente y hace que todo sea bonito y el que se cree todo, el que está a ciegas, a tientas por ese juego, recorriendo y explorando el tablero de ese juego. Esta es la forma más fácil de que todo acabe, de que esas emociones, esas ilusiones se esfumen igual de rápido como se va el humo tras una calada.

sábado, 11 de febrero de 2012

Cargas.

Pintamos las cosas más sencillas como imposibles, pero lo que hacemos realmente es ponernos escusas, obtáculos e impedimentos a nosotros mismos para ir dejando de lado eso y darlo por caso perdido. Lo único que conseguimos con ello es llevar otra carga más sobre la espalda, la cual cada vez se hace más y más grande hasta que no puedes con ella y explotas. Todas las sencillas cosas se vuelven en cosas imposibles, cosas que crees que no eres capaz de hacer ahora, cosas que nunca deberías haber dejado de lado, pero lo hiciste por miedo, pereza, desgana o simplemente quedó en el olvido; cosas que de verdad ya no tienen solución ni vuelta atrás. Simplemente se quedan ahí, en el aire esperando a ser resueltas.

Indirectamente directas.


Hoy estoy facilona, hoy te dejo hacerme lo que quieras, hoy estoy dispuesta a meterme en tu cama y no salir hasta mañana, hoy sobra el aire, hoy te quiero de primer plato, de segundo, de tercero y de postre, hoy quiero repetir, hoy quiero revolcarme en el suelo y revolcarte a ti conmigo, hoy quiero besos en el cuello, hoy daría todo por sentarme en tu silla, hoy tengo la mente calenturienta y el cuerpo frio, hoy me hace falta tu mano en mi espalda, hoy te rompería la boca, hoy acabaría contigo, hoy quiero pedirte que no pares, hoy quiero empotrarme contra la pared, tirarte del pelo, arañarte la espalda, susurrarte al oido, comerte la oreja, morirme de placer, hoy voy a lo que voy, hoy solo quiero eso, hoy quiero el cigarro de después, hoy quiero que me abraces, hoy quiero pasión, hoy quiero decirte lo que nunca me atreví a decir, hoy quiero el momento justo, hoy quiero dos en uno, y dos sin tres. Hoy quiero ser otra, hoy quiero la revancha, hoy quiero discutir, reconciliarme y quiero el de después.

jueves, 9 de febrero de 2012

De golpe.

El amor para mi, es el mero intento de que Roma se pusiera frente a un espejo, para otros es un sentimiento que no tiene explicación. Es algo que muchos buscan desesperádamente, otros lo esperan sentados mientras ahogan sus penas con una botella en la mano y algunos reconocen que es él el que te encuentra, el que llega de golpe y para el que normalmente no estás preparado, porque consigue derrumbar todas tus barreras las cuales un día dijiste que nunca caería, pero ¿ahora? ¿Ahora qué?

martes, 7 de febrero de 2012

Tequila, vodka o ron en mano.

Todos queremos olvidar cosas que nos pasaron y que no debieron pasar, cosas que hicimos y nos arrepentimos de haberlas hecho. Queremos eliminar de nuestra memoria esos pequeños errores que llegamos a cometer o que simplemente vivimos nosotros a causa de otros llamemos a eso "daño colateral", nosotros fuimos ese daño, pero pasó, eso ya es pasado, pero el pasado siempre vuelve, y eso es algo que deberíamos aprender a evitar. Deberíamos aprender a guardar en un pequeño hueco de nuestra cabeza los momentos que no queremos  que vuelvan bajo llave. Algunos deciden olvidar con una botella de tequila, vodka o ron en la mano, pero eso solo te hace olvidar durante unos minutos, unas horas, un día y ya está. Lo que de verdad hace olvidar es el tiempo, pero aún así por mucho tiempo que pase lo olvidado siempre vuelve a recordarse y eso es algo que cuando ocurre no podemos dejar que nos afecte, sino lo contrario, eso nos debería hacer más fuertes.

Oportunidades se pierden de vista.


"Hola, sé que no me conoces pero yo a ti sí. He oído tu nombre salir de su boca infinitas veces y he pensado que merecías saber lo que has perdido. Yo he ganado. Ella ahora es mía. No vas a volver a ver la sonrisa más bonita del mundo, pero no me refiero a la que pone cuando le cuentas algo gracioso, sino aquella que le sale sola, cuando se queda mirando al infinito y pasan millones de cosas por su cabeza y de repente ¡PUM!, algo maravilloso se plasma en su boca acompañado de un aumento espectacular de sus mofletes. Sabes cuál ¿verdad? Aquella que te llena por dentro y que cuando se da cuenta de que la estás mirando embobado, esconde. Dudo que algo tan bonito se pueda ir de la mente de alguien. Tampoco volverás a ver sus ojos, no me refiero a su color o forma, sino a todo lo que puede decir con ellos y a la vez todo lo que se calla. Nunca te esperas lo que puede salir de sus ojos. Increíble ¿no?. No volverás a estar cerca de ella durante más de 5 minutos, sin decir nada, sin moverte.¿Cómo no has podido darte cuenta de lo especial que es? A mi solo me bastó que al cruzarme con ella por la calle me dijera "¿verdad que todo sería más bonito si no existieran las puertas? ¿si nadie tuviera que esconder las cosas malas y que simplemente estés mandando una señal a aquella persona que no las verá malas si no únicas?". Y tú, la dejaste marchar."

Cualquier lugar.

Porque todos necesitamos un lugar para evadirnos, para poder pensar, para poder soñar o simplemente para pasar el reto alejados de todo lo que nos rodea y estar solamente tú y solo tú y lo que te quieras llevar contigo. Ya puede ser tu habitación o la de cualquier otra persona, un parque, un pasillo, una terraza, una azotea, una ciudad, lo que sea, pero que sea tuyo y solo tuyo.

Recuerdos.

Te pones los cascos, pones una canción, subes el volumen al máximo, te tumbas en la cama, cierras los ojos, escuchas la letra, la melodía, la canción en sí, entonces lo recuerdos llegan, se agolpan en tu cabeza, momentos que creías olvidados aparecen de pronto, de la nada, como si siempre hubieran estado ahí, como si los hubieras vivido ayer y entonces abres los ojos, fijas la vista al techo, al frente, notas como todo cuanto ves se vuelve borroso, las lágrimas reclaman salir de su escondite, vuelves a cerrar los ojos, evitando dejarlas escapar los cierras más fuerte, pero es inútil, los vuelves a abrir y parpadeas un par de veces notando como empiezan a salir despacio, quedándose algunas suspendidas en las pestañas, otras resbalan sobre las mejillas hasta la comisura de la boca y rozan levemente los labios notando ese sabor amargo y dulce que traen algunos recuerdos, entonces cierras los ojos y te entregas a ellos.