Cambiemos el sentido de las cosas, alteremos las reglas establecidas
y hagamos del c
a
o
s el nuevo orden.
¿Por qué a flor de piel y no a piel de flor?
¿El derecho a roce? No.
Mejor el roce del derecho, o del revés, pero
no podemos estar sin él a no ser que queramos
volvernos cuerdos de nuevo.
Durmamos de día y vivamos de noche, ¿por qué no?
Las calles están vacías y a la espera. Mientras,
la madrugada nos acoge, nuestro único
juez y testigo.
Dejémosle eso de ser adultos a otros.

